Originally published in English by CommonSpace
España y Cataluña viven en un clima de conflicto abierto desde la suspensión del Estatuto de Autonomía de Cataluña en 2010 y con mayor intensidad desde la consulta no oficial sobre la independencia en 2014 y, por último, con el referéndum del 1 de octubre de 2017, durante el cual España desplazó a miles de policías a Cataluña para que promovieran actos de violencia y de brutalidad contra los votantes al tiempo que enviaba a la cárcel a varios dirigentes políticos, ampliamente considerados presos políticos.
El pulso entre España y Cataluña también afecta al ámbito diplomático. Tras el referéndum de 2017, considerado ilegal por España, las delegaciones catalanas en el extranjero fueron clausuradas por el Gobierno central como parte de las medidas adoptadas con la aplicación del artículo 155 de la Constitución española, que básicamente suspendió las competencias de la Generalitat de Cataluña y las transfirió al Gobierno de Madrid. Estas embajadas tienen como objetivo reforzar las relaciones bilaterales y facilitar los acuerdos económicos entre empresas catalanas y empresas de otros países. Algunas de estas delegaciones se reabrieron en 2018.
En un gesto sin precedentes en la historia de España, el cónsul honorario de Letonia, Xavier Vinyals, fue retirado de su cargo diplomático por el Ministerio de Asuntos Exteriores español por haber colocado una bandera independentista en el balcón del consulado durante la Diada, la fiesta nacional catalana, el 11 de septiembre de 2016. Vinyals, catalán, fue castigado por manifestarse políticamente apoyando una causa, la independencia de Cataluña, que no es ilegal en España.
Full article at Comunicats’ website. Date of publication: 26/03/2019
Deixe um comentário